Muy buenas!
Cómo va la vida? Dulce? Si no está dulce hay que intentar que así sea! Así que hoy os traigo esta recetita de tarta de queso al horno, que está muy muy muy rica.
Los 2 detalles más importantes para esta tarta son: no batir demasiado la mezcla y no abrir el horno en ningún momento del horneado. Cumpliendo esto ya tenemos medio trabajo hecho. A mí la mía se me ha rajado por no cumplir el primer punto, y es que empecé con varillas eléctricas y no tenía que haber empezado así… Sólo varillas manuales!! Supongo que es por eso por lo que se me rajó, aún no lo tengo claro del todo, pero sea como sea está riquísima!
Esta receta la he sacado en parte del blog: http://www.larecetadelafelicidad.com y de una receta americana (BBC Good Food).
INGREDIENTES (MOLDE DE 24CM):
Para la base:
350 grs de galletas digestive (también se puede hacer con otro tipo de galletas, pero las digestive son más fáciles de machacar, además que les da un toque delicioso; yo he cogido unas digestive con un leve sabor a naranjas)
140 grs de mantequilla
Para el relleno:
900 grs de queso crema (philadelphia)
200 ml de yogur griego natural
250 gr azúcar
3 huevos
Zumo de medio limón
45 grs de harina de repostería (aprox 3 cucharadas soperas)
Un chorrito de esencia de vainilla
Para decorar:
Mermelada de frutos rojos, mermelada de fresa, o la que os guste.
Comenzamos haciendo la base de la tarta. Para ello trituramos las galletas. Yo las he metido en una bolsa y las he golpeado con un rodillo, después si hubiese quedado algún trocito más grande con las mismas manos se deshacen bien. Y añadimos a esto la mantequilla derretida.
Echamos esta mezcla al molde desmontable elegido (el mío es de unos 24 cm), al que habremos puesto anteriormente papel de hornear en la base (para que después sea más fácil de desmoldar).
Distribuimos bien la mezcla de las galletas con la mantequilla por el molde, presionando bien y la dejamos en el congelador mientras seguimos haciendo el resto de la tarta.
Para la siguiente parte, en un bol echamos el queso crema, el azúcar, yogur griego, zumo de medio limón, la harina y el chorrito de esencia de vainilla mezclándolo todo con unas varillas manuales. No mezcléis mucho, para que la masa no coja mucho aire y no se rompa después al hornear (como me pasó a mí.. jeje), procurad mezclar lo justo hasta que esté todo integrado. Después sólo nos queda añadir los huevos uno a uno. No añadimos el siguiente hasta que el primero no está integrado.
Vertemos la crema sobre la base de galletas que teníamos en el congelador y la dejamos bien estiradita hasta los bordes para que quede bonito tras el horneado.
Y ahora empieza lo importante! El horneado! Hay que hornear unos 10-15 minutos (yo horneé 15 minutos) a 200 grados con calor arriba y abajo (tras este tiempo el interior de la tarta, al moverlo, parecerá un flan), y pasado este tiempo bajamos el horno a 90 grados y horneamos 30 minutos más. Y SIN ABRIR EL HORNO EN NINGÚN MOMENTO, pasado el tiempo apagamos el horno y dejamos la tarta dentro mientras el horno se va enfriando, con el calor residual pero SIN ABRIR EL HORNO! Pasadas 2-3 horas el horno ya estará frío y pasamos la tarta a la nevera, donde terminará de cuajar y de la que podemos disfrutar al día siguiente.
Esta tarta como veís hay que hacerla de un día para otro.
Y para servirla yo la he decorado con mermelada de frutos rojos, que he batido primero con unas varillas un poco para que quede algo más líquida y sea más fácil de extender por la tarta.
Para que el corte a la tarta quede limpio, lo ideal es mojar el cuchillo primero en agua y cortar la tarta con el cuchillo mojado y limpiarlo y mojarlo con cada corte.
Y listo, a cortar, servir y disfrutar!!
Las tartas de queso que se hornean para mí son las mejores! Deliciosa!!
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Sii! Un sabor espectacular! Estoy contigo en eso ;))
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