Traigo receta de galletas ricas, ricas, ricas… Y es que más fácil y rápidas no pueden ser de hacer. Hacedlas y me contáis.
Tenía ganas de probar a hacer esta receta de estas galletas que veo más a los americanos que por España, y vaya cosa rica.
Vamos con la receta:
INGREDIENTES: 170 grs mantequilla normal temperatura ambiente
185 grs mantequilla de cacahuete temperatura ambiente
100 grs azúcar moreno
100 grs azúcar blanco
1 huevo L
1 cucharadita de extracto de vainilla
260 grs de harina trigo
Media cucharadita de bicarbonato
Un cuarto de cucharadita de Sal
Podéis hacerlo a mano o con alguna mezcladora eléctrica como yo (yo lo hago con la Kitchen Aid con el accesorio de pala).
En un bol mezclamos la harina, el bicarbonato y la sal y apartamos.
Comenzamos poniendo en el bol la mantequilla que estará a temperatura ambiente (más bien blandita) y la batimos un poco. Le añadimos el azúcar y batimos hasta que la mezcla blanquee y quede un poco esponjosa.
Ahora echamos a lo anterior la mantequilla de cacahuete y seguimos mezclando para que se integre.
Añadimos el huevo y el extracto de vainilla. Y una vez estén integrados le añadimos la harina en 2 veces: la mitad cada vez. Y así tendremos preparada nuestra masa de las galletas. La dejamos tapada con papel transparente y la dejamos en la nevera hasta que endurezca, aproximadamente una hora, para poder trabajar la masa mejor.
Precalentamos el horno a 180 grados con calor arriba y abajo, sin ventilador.
Pasada la hora sacamos la masa de la nevera y preparamos una bandeja de horno con papel de hornear. Vamos haciendo bolitas con la masa de aproximadamente 2,5 cm de diámetro cada una.
Una vez tenemos todas las bolitas hecha con un tenedor le haremos por la parte superior el dibujo a la galleta (podéis ver vídeo donde lo veis mejor), mojando el tenedor cada vez en azúcar blanco.
Horneamos las galletas unos 10-12 minutos o hasta que veamos que el borde de las galletas empieza a dorarse. Y las dejamos enfriar sobre una rejilla. Para conservarlas bien podéis meterlas en algún recipiente hermético.
Os traigo estas riquísimas galletas de sésamo que hice con una de mis sobrinas. Muy ricas y muy facilitas de hacer. Merece la pena pringarse un pelín!
INGREDIENTES: 350 gr harina trigo
225 gr mantequilla en pomada
110 gr miel
65 gr azúcar moreno
75 gr azúcar blanco
1 huevo
2,5 gr bicarbonato
2,5 gr levadura química
2,5 gr sal
Ajonjolí (sésamo) que necesite
Comenzamos poniendo en un bol la harina junto a la levadura y el bicarbonato, mezclamos y añadimos también la sal y apartamos este bol para añadirlo más tarde.
En otro bol (en mi caso en el bol de la Kitchen Aid para mezclar todo) echamos, el azúcar moreno, el azúcar blanco y la mantequilla en pomada y mezclamos con la pala mezcladora o si no tenemos la kitchen aid lo mezclamos todo bien con una espátula o palo de madera.
Una vez que la mezcla con la mantequilla se haya aclarado un poco y esté el azúcar integrado, añadimos la miel; mezclamos y añadimos el huevo. Volvemos a mezclarlo todo para añadir por último la mezcla de la harina que dejamos apartada anteriormente. La harina la iremos mezclando a cucharadas, poco a poco y sin dejar de mezclar.
Una vez terminemos con la harina ya tendremos la masa de las galletas hecha. Haremos una bolita con ella, envolvemos con papel transparente y llevamos a la nevera por 1 hora para que endurezca la masa y sea más fácil de trabajar.
Pasada la hora comenzamos a hacer bolitas con la masa (yo he usado una cuchara de helado). Hacemos cada bolita con las manos y las pasamos por el sésamo. Aplastamos con las manos y le damos la forma deseada. Podemos dejarla tal como queden tras aplastarlas con las manos o cortarlas con algún molde para darle alguna otra forma.
Colocamos todas las galletas para hornear sobre papel de hornear en la bandeja de horno y se horneará unos 10 min con el horno a 180 grados, hasta que veamos que empiezan a dorarse los filitos de la galleta (el tiempo dependerá de cada horno).
Sacamos las galletas, las dejamos enfriar sobre una rejilla y listas para disfrutar en cualquier merienda o desayuno! Riquísimas!
Hacía ya tiempecito que no escribía nada en el blog y no por falta de ganas ni de no haber hecho cositas RICAS, sino por falta de tiempo para editar vídeo, escribir en el blog, etc. Y es que he estado de cambios laborales que no me dejaban tiempo para mucho más (cambios para mejor!!).
Pero ya que estoy estabilizada vuelvo a la carga. Así que muchas gracias por vuestra paciencia…
Os traigo estos bollitos que hice que están de ricos y tiernos… mmm… perfectos para cualquier merienda con niños (o sin ellos), para rellenar con lo que más os guste.
Son muy facilitos de hacer y no habrá quién se resista.
INGREDIENTES (para unos 11-12 bollitos):
300 ml leche entera tibia
15 grs levadura fresca o 5 grs levadura seca
25 gr azúcar
2 cucharaditas de miel
40 grs mantequilla en pomada
500 grs harina de fuerza
Desmenuzamos la levadura fresca con las manos y la deshacemos en la leche tibia (si lo hacéis con levadura seca se echa igual en leche tibia, pero hay que dejarla fermentar unos 15 min antes de seguir con la receta).
Echamos esta mezcla de leche y levadura a un bol donde añadiremos el azúcar, miel, mantequilla, sal y harina.
Si tenemos amasadora comenzamos con ella sino se comenzará mezclando con un palo de madera los ingredientes y después se amasará con las manos. En mi caso lo hago con la Kitchen Aid; comienzo a velocidad muy baja durante unos 6-7 minutos y después subiendo a velocidad 2 otros 3 minutos.
Hacemos una bola con la masa y la dejamos levar en un bol tapado con un paño limpio unos 30 minutos.
Pasado este tiempo cogemos trozos de masa de unos 80 gr cada uno que será cada uno de nuestros bollitos. Hacemos una bola con cada uno, lo estiramos un poco con las manos dándole una forma ovalada y los vamos colocando sobre una bandeja de horno con papel de hornear.
Colocados todos los futuros bollitos sobre la bandeja volvemos a tapar con un trapo y dejamos reposar en un lugar sin corrientes de aire (por ejemplo el horno apagado) durante al menos 1 hora o hasta que leve su volumen. En ese momento precalentamos el horno a 200 grados y horneamos durante 20 minutos.
Pincelamos con agua cada bollito cuando aún están calientes, dejamos reposar y a disfrutarlos con lo que más os guste.
Los bollicaos son uno de los dulces de bollería que no me cansaría de comer hasta reventar, pero claro… El colesterol me dice que mejor me abstenga si no quiero que llegue a límites insospechados. Así que eso que me dijo el médico que la repostería casera sí que podía comerla (con moderación claro…) pues me lo tomé a raja tabla y aquí estoy haciendo dulcecitos día sí y día no… jeje. Y en mi búsqueda de equivalentes a lo que nos encontramos para comprar en cualquier comercio dí con estos bollicaos. Los he hecho ya varias veces y es que tengo que decir que están más ricos que los originales, será porque los he hecho yo con todo el amor, no sé… Pero están increíbles. Tan blanditos, tan ricos de sabor… En fin, hay que hacerlos y probarlos. Eso sí hay que hacerlos con un día de antelación, ya que esta masa debe reposar toda la noche.
Bollicaos Caseros
INGREDIENTES Para unos 15 bollicaos:
550 gr Harina de Fuerza
250 ml buttermilk o suero de leche (250 ml leche + zumo de medio limón)
15 gr levadura fresca
60 gr mantequilla en pomada
40 gr azúcar
10 gr sal
2 huevos
Nocilla, Nutella o similar…
Comenzamos preparando la buttermilk, y para ello calentamos un poco la leche (sin que llegue a hervir) y le añadimos el jugo de medio limón. Lo mezclamos con una cuchara y lo dejamos reposar 10 minutos, quedará una mezcla que no tiene muy buena pinta y da la sensación de leche cortada al verla, pero sin preocuparse… Esa es la textura que debe tener.
Para amasar yo he utilizado mi super Kitchen Aid, pero igual que se puede hacer a mano amasando con paciencia y ganas.
Echamos a un bol el buttermilk que acabamos de hacer, le añadimos la levadura fresca desmenuzada con las manos, el azúcar y los huevos algo batidos. Añadimos la harina a todo lo anterior y sobre ésta hacemos un huequito donde colocamos la sal, y la mantequilla (en pomada) y ponemos la máquina a amasar a baja potencia durante 6 minutos. Si es a mano cogemos un palo de madera y removemos bien hasta que se integre todos los ingredientes y podamos comenzar a amasar con las manos. Es una masa muy muy pegajosa, pero no se le puede añadir más harina de las cantidades aunque al principio parezca que lo necesita, porque sino los bollitos quedarán duros, no tiernos.
Una vez pasamos a la mesa a amasar nos untamos las manos con aceite para que no se nos pegue la masa a las manos, con la mesa enharinada, y una vez amasada hacemos una bolita con ella y lo dejamos reposar tapado con un trapo toda la noche. Triplicará su volumen.
A la mañana siguiente amasamos un pelín para quitarle el aire a la masa y haremos bolitas con toda la masa que será cada uno de nuestros bollicaos, mis bolitas eran de unos 70 gr cada una. Hacemos una bolita con las manos con cada uno de los trozos de masa, la estiramos con un rodillo, untamos en el centro en vertical nocilla (unas 3 cucharaditas o a gustos…), tapamos los laterales y las esquinas de arriba y abajo y lo hacemos rodar un poco para que no quede ningún agujerito por medio ni lateral de masa por donde pueda abrirse al hornear y se salga la nocilla. Aún así el pliegue que quede de cerrarlos lo dejamos hacia abajo.
Colocamos todos los bollicaos en una bandeja de horno con papel de hornear, lo he colocado el papel con ondas entre cada línea de bollicaos porque crecerán bastante y así evito que se peguen. Se dejará reposar tapados con papel film durante una hora más o hasta que dupliquen su volumen. Un truquito para que dupliquen su volumen antes es calentar el horno a 50 grados, apagarlo y con el horno apagado metemos ahí los bollicaos tapados para que reposen, este calor residual del horno caliente hará que leven antes (este truco para impacientes.. jeje).
Precalentamos el horno a 200 grados con calor arriba y abajo (sin ventilador), introducimos los bollicaos para hornear y bajamos la temperatura a 180 grados, durante 10-15 minutos.
Sacados del horno los colocamos en una rejilla para que enfríen y los pintamos con un poco de mantequilla derretida. Dejamos enfriar y…. A disfrutadlos!!
Os aseguro que desaparecen en nada, y con niños de por medio ya ni os cuento…
Soy la tonta de los roscones para reyes… que me gustan.. mmmm… pero no los del mercadona ni Carrefour de esos congelados…, no no, a mí me gustan los de pastelería de toda la vida (aquí en Estepona los de la Pastelería Mar y Sierra… mmmmmmm); esa nata deliciosa, ese saborcito del roscón inconfundible, tan perfecto y con un sabor tan a roscón… Así que había que ponerse a buscar recetas de roscones y probar a hacer alguno decente. Y la verdad es que lo último que esperaba es que me iba a salir esto taaaaaann pero taaaaannnn rico!
El sabor del bizcocho del roscón es de ROSCÓN de toda la vida, y así como se oye ROSCÓN en mayúsculas porque lo merece. El sabor conseguido es como el del roscón de la pastelería que yo quería y fue gracias a la Esencia de Azahar (en Carrefour lo encontré, también lo he visto ahora en Mercadona), le da el toque perfecto.
Así que, aunque tiene su trabajillo (algo tan delicioso no podía ser tan fácil), el resultado es tan impresionante que os animo a hacerlo. Merece la pena!
Ingredientes:
PARA LA MASA DEL ROSCÓN;
700 gr Harina de Fuerza
2 huevos
75 ml esencia de azahar
150 ml Leche Entera
100 gr mantequilla
Ralladura de 1 naranja y 1 limón
140 gr azúcar
40 gr levadura fresca
Nuez moscada
7 gr Sal
PARA DECORAR;
1 huevo
Almendra Laminada
Frutas glaseadas o escarchadas (las encontré en Carrefour)
50 gr Azúcar
Regalito
PARA EL RELLENO:
1 Litro de Nata para montar 35%MG
250 gr azúcar
10 cucharaditas de queso philadelphia
Comenzamos rallando el limón y la naranja sin llegar a la parte blanca, ya que como sabemos amargaría. Y en un bol vamos añadiendo todos los ingredientes y removemos con un palo de madera y después con las manos cuando se pueda amasar, o en la batidora para amasar como es mi caso (tendré que darle uso a mi Super Kitchen Aid de la que estoy enamorada). Añadimos los huevos, la mantequilla a temperatura ambiente, la leche tibia y el aroma de azahar. Además incluimos la bol la raspadura de limón y la naranja, el azúcar, nuez moscada molida y la levadura fresca deshaciéndola con las manos. Y por último la harina de FUERZA, que sea de fuerza sino tardará la vida en que suba la masa. Hacemos un huequito en la harina y ponemos ahí la sal y… a amasar y amasar.
Quedará una masa pegajosa, pero cuando al palparla con el dedo no se pegue a él estará perfecta para pasarla a la mesa y amasar un poco más con harina. Dejamos reposar la masa en un bol con harina por debajo y por encima durante 3 o 3 horas y media dejándolo en una zona de la casa que tenga una temperatura más calentita, entonces, pasado este tiempo triplicará su volumen. Pasado este tiempo amasamos un pelín para quitar el aire a la masa dándole unos golpes sobre la mesa, y haremos movimientos circulares con la masa haciéndola girar sobre sí misma y terminamos haciendo una bolita con la masa.
Con un dedo enharinado lo metemos en medio de la masa y con la otra mano vamos metiendo la mano por dentro para ir dándole la forma del rosco, como si fuera una rueda, y lo ponemos en la bandeja de hornear con papel de horno. Con un huevo pintamos el roscón con él y echamos aceite a un film transparente y tapamos con él el roscón para que no se reseque. Volvemos a dejarlo reposar así durante una hora más, yo lo he dejado reposando dentro del horno (con el horno apagado) porque es una zona con una temperatura más cálida.
Dentro del horno dejamos un recipiente con agua, para que cuando precalentemos el horno e introduzcamos el roscón en él se mantenga el roscón hidratado y no se seque.
Mientras pasa la hora de reposo picamos la fruta escarchada, aunque a mí personalmente no me gusta y para comérmelo se la quito pero es que le da un toque de típico roscón que no puede faltar…
Pasada la hora volvemos a pintarlo con huevo y lo decoramos con bastante fruta escarchada y abundante almendra laminada. Además cogemos el azúcar con unas gotitas de agua y lo echamos por encima del roscón como nieve. Y ya introducimos el roscón al horno, que estará precalentado a 200 grados con calor arriba y abajo sin ventilador, y una vez introducimos en él el roscón bajamos la temperatura a 180 grados. Se horneará unos 20-22 minutos o hasta que se dore. Preparamos una rejilla de horno para dejarlo enfriar ahí. Una vez frío lo partimos por la mitar con un cuchillo de sierra para rellenarlo de nata después. O lo dejamos así si nos gusta mas el roscón sin relleno, pero con la nata queda increíble…
Y ya sólo falta el relleno preparando la nata montada. Para la montar la nata añado queso philadelphia porque hace que la nata quede más firme más fácilmente. Añadimos la nata y cuando comience a espesar añadimos el queso philadelphia. Cuando tenga más espesor la nata añadimos el azúcar muy poco a poco, en forma de lluvia y una vez montada (sabremos que está montada porque comienzan a verse unos surcos profundos y amarillos en ella) la colocamos en una manga pastelera (yo utilizo las desechables) con una boquilla (he elegido una boquilla de estrella). Rellenamos todo el roscón con la nata, colocamos los regalitos forrados en papel film y a disfrutarlo o mantenerlo en la nevera tapado con papel film para que no se reseque.